Los errores humanos asolan la vida cotidiana, ya sea en los vehículos, en el lugar de trabajo o en Internet. Puede que no nos guste oír esta verdad, pero las estadísticas son abrumadoras. Eche un vistazo a algunas de las cifras que hemos recopilado y hágase la siguiente pregunta: ¿qué medidas de preparación y nuevos hábitos marcarían la diferencia para acabar con los errores?
El coste del error humano
1. Al volante
Conducir es una de las cosas más arriesgadas que hacemos cada día. Sólo en Estados Unidos se produce un accidente de tráfico cada cinco segundos. En una entrada anterior del blog, exploramos las causas que están detrás del 94% de los accidentes de tráfico y examinamos los estados emocionales asociados a ellos. Pero he aquí otros datos(1):
- No llevar puesto el cinturón de seguridad: Cada hora, alguien pierde la vida en Estados Unidos por no abrocharse el cinturón. El cinturón de seguridad salva unas 15.000 vidas al año.
- Exceso de velocidad: Aumentar la velocidad de 64 km/h a 100 km/h duplica con creces la energía liberada en caso de accidente.
- Distracciones: Comer, beber, fumar y utilizar el teléfono móvil mientras se conduce contribuyen a muchos accidentes. La somnolencia al volante es responsable de unos 100.000 accidentes al año.
- Suposiciones incorrectas sobre otros conductores.
- Tailgating
Estos accidentes cuestan a la economía estadounidense unos 230.000 millones de dólares anuales. Las empresas también soportan una importante carga financiera, al pagar cada año una media de 740 dólares por empleado debido a lesiones fuera del trabajo, que afectan al absentismo, los costes sanitarios, la productividad y las interrupciones no programadas del trabajo.
2. En el lugar de trabajo
Los accidentes laborales son otro ámbito importante en el que el error humano tiene graves consecuencias. En Gran Bretaña, 561.000 trabajadores sufrieron lesiones no mortales en 2022/23, con 60.645 lesiones notificadas por los empresarios. Los tipos más comunes de lesiones no mortales incluyen:
- Resbalones, tropiezos y caídas (40% de las lesiones no mortales).
- Accidentes de manipulación, levantamiento y transporte (menos del 20%).
- Ser golpeado por un objeto en movimiento (alrededor del 10%).
Estos incidentes evitables representan el 68% de todas las lesiones no mortales en el lugar de trabajo. Por término medio, los empleados faltan nueve días al trabajo debido a lesiones laborales, lo que supone un coste considerable para las empresas.
Las lesiones y la mala salud en el lugar de trabajo en el Reino Unido durante 2021/22 incurrieron en un asombroso coste de 20.700 millones de libras(2), marcando un aumento del 10% en comparación con 2019/20.
3. En línea
Las vulnerabilidades cibernéticas suponen una amenaza significativa. Según un estudio de IBM(4), el 95% de las violaciones de datos se deben a errores humanos, que provocan cancelaciones de vuelos, retrasos en procedimientos médicos y cortes de electricidad. Las filtraciones pueden producirse de muchas maneras. Algunos ejemplos comunes son el uso de contraseñas poco seguras, la reutilización de contraseñas, los ataques de phishing, el envío de información confidencial por error y la negligencia a la hora de proteger los dispositivos. Estos riesgos pueden conducir a un acceso no autorizado o a la pérdida de datos, lo que subraya la importancia de la vigilancia para proteger los activos digitales.
Sin embargo, los ciberataques no son la única amenaza; incluso el tiempo de inactividad puede tener un impacto significativo. En 2017, Amazon Web Services experimentó una interrupción de cuatro horas (6), lo que provocó una pérdida de 150 millones de dólares para las empresas del S&P 500 y 160 millones de dólares para las empresas de servicios financieros de Estados Unidos. ¿El culpable? Un solo comando mal escrito por un empleado.
4. En casa
Es fácil pensar que nuestros hogares son refugios seguros, pero los accidentes pueden ocurrir tan fácilmente aquí como en cualquier otro lugar. Los errores domésticos son sorprendentemente frecuentes y pueden tener graves consecuencias. ¿Sabía que, sólo en el Reino Unido, se calcula que cada año se producen 6.000 muertes y 2,7 millones de visitas al hospital como consecuencia de accidentes domésticos(5)?
Se calcula que el coste total anual de las víctimas de accidentes domésticos que reciben tratamiento hospitalario por sus lesiones -unos 2,7 millones de personas al año- asciende a 45.630 millones de libras (45.630 millones de euros), sobre la base de un coste medio de 16.900 libras por víctima(7).
He aquí algunos de los culpables frecuentes:
- Caídas: Especialmente entre las personas mayores, las caídas suelen producirse por suelos resbaladizos, alfombras mal sujetas o mala iluminación. Así que piénsatelo dos veces antes de intentar un maratón por los pasillos.
- Envenenamiento: Los productos químicos domésticos, los medicamentos o el monóxido de carbono son riesgos importantes, sobre todo para los niños. Es como jugar al escondite con el peligro, pero nadie gana.
- Incendios: Los incendios domésticos pueden ser devastadores, desde accidentes en la cocina hasta fallos en el cableado o velas desatendidas. ¡Vigila siempre las tostadas!
- Cortes y quemaduras: Actividades cotidianas como cocinar o utilizar herramientas pueden provocar lesiones graves si no se toman las precauciones adecuadas. Así que saca el ninja de seguridad que llevas dentro cuando empuñes el cuchillo de cocina.
Manténgase informado, tome precauciones y haga de su hogar el refugio seguro que debe ser.
Aumentar la seguridad reduciendo al mínimo los errores humanos
Abordar el error humano es crucial para mejorar la seguridad y la eficacia en el lugar de trabajo. Al comprender y gestionar el error humano, las empresas y los directivos pueden apoyar los métodos de seguridad tradicionales y crear una cultura del lugar de trabajo más segura....
Comprender el error humano
Casi todas las lesiones pueden atribuirse a un error humano involuntario derivado del estado mental o físico de la persona en el momento del incidente. Estos errores pueden clasificarse en cuatro estados críticos:
- Distracción (física o mental/emocional).
- Corriendo.
- Frustración.
- Fatiga.
Estos 4 estados pueden conducir a estos errores críticos:
1. No vigilar lo que hacemos
Todos nos hemos pillado alguna vez los dedos con la puerta de un coche. Si hubiéramos estado atentos, nuestra reacción natural nos habría salvado: sin lesiones, pero por los pelos. No prestar atención nos resta capacidad de reacción.
2. No concentrarse en lo que se está haciendo
No todos los peligros son visibles. Algunos peligros requieren reflexión y preparación. Tenemos que ser conscientes de ellos aunque no podamos verlos de inmediato. Piensa en una estufa caliente, hielo en la carretera o electricidad. Tenemos que concentrarnos en nuestras tareas para reconocer y evitar estos peligros ocultos.
3. Estar en la "línea de fuego" o desplazarse hacia ella
No darnos cuenta de que estamos en peligro es una causa común de accidentes. Esto suele ocurrir cuando no estamos totalmente concentrados en lo que hacemos.
4. Pérdida de equilibrio, tracción o agarre
Este tipo de error también ocurre cuando no estamos prestando atención. Mantén los ojos y la mente en la tarea para mantenerte seguro.
Medidas prácticas para reducir los errores humanos
El antídoto contra los factores de riesgo reside en la enseñanza de un conjunto de habilidades o técnicas críticas de reducción de errores. Hay cuatro técnicas clave que, cuando se practican, pueden reducir significativamente los errores y las lesiones que causan:
1. Autodisparo antes de que se produzcan errores
Esta primera habilidad consiste en reconocer cuándo hemos entrado en un estado que conduce a un comportamiento de riesgo antes de que algo vaya mal. Algunas personas lo hacen de forma natural. Imagina que estás trabajando en un proyecto y nada va bien. Tal vez un tornillo está muy apretado y no puedes aflojarlo por más que lo intentas. Empiezas a apretar la llave con más fuerza, pero antes de que se resbale y te hagas daño en el hombro, te das cuenta de que te estás frustrando y necesitas calmarte. Disparas la frustración, dejas la llave inglesa y te vas a tomar un café. Cuando vuelves, estás más tranquilo y puedes abordar el problema con la mente más despejada, como por ejemplo conseguir la herramienta adecuada.
2. Aprender de los "Close Calls" y de los pequeños errores para evitar los grandes
Todos tenemos nuestros momentos de "¡Uy! Incluso cuando trabajamos en el autodesencadenamiento, es normal que cometamos algún error. A menudo, cuando metemos la pata o estamos a punto de hacerlo, esperamos que nadie se dé cuenta. Aprender de estos momentos puede evitar errores mayores en el futuro. Es una oportunidad para analizar el estado en el que nos encontrábamos y cómo nos condujo al error.
3. Observar a los demás para detectar patrones de error
Esta técnica tiene tres ventajas:
- Observar a los demás nos ayuda a identificar a las personas en estados propensos al error para que podamos mantenernos alejados, como evitar a un conductor temerario en la autopista.
- Nos hace menos propensos a repetir los mismos comportamientos, reduciendo nuestra propia autocomplacencia.
- Podemos ayudar a los demás antes de que resulten heridos reconociendo su estado de propensión al error antes de que ellos lo hagan. Aunque intervenir puede ser complicado y requiere tacto, merece la pena el esfuerzo.
4. Mejorar nuestros hábitos
Hay innumerables hábitos que podríamos mejorar para aumentar nuestra conciencia sobre la seguridad y reducir las lesiones. Empieza por dedicar un día a tomar conscientemente decisiones más seguras.
Incorporar estas técnicas a su rutina puede suponer una gran diferencia a la hora de reducir riesgos y mejorar la seguridad. Comprométase, manténgase seguro y no olvide hacer una pausa para tomar una taza de café cuando sea necesario.
Conclusión
Mejorar la seguridad es un viaje continuo, no un esfuerzo puntual. Ya sea en casa, en el trabajo o en Internet, la creación de un entorno más seguro depende de nuestro compromiso continuo para reconocer y abordar los riesgos. Integrando activamente técnicas de reducción de errores y creando hábitos en nuestras rutinas diarias, podemos reducir significativamente los accidentes y las lesiones. Construir una cultura de la seguridad sólida implica responsabilidad compartida, vigilancia y apoyo mutuo.
Aunque los programas tradicionales de seguridad en el lugar de trabajo desempeñan un papel crucial, es igualmente importante centrarse en los hábitos personales y las estrategias proactivas. Aprender de nuestras experiencias, ser conscientes de los peligros potenciales y dar prioridad a la seguridad puede ayudarnos a protegernos a nosotros mismos y a los demás. A medida que estas prácticas y hábitos se convierten en algo natural, contribuimos a una comunidad más sana y segura para todos.
Referencias:
- (1) https://drivethru.gsa.gov/DRIVERSAFETY/DistractedDrivingPosterA.pdf
- (2) https://www.hse.gov.uk/statistics/cost.htm
- (3) https://www.hse.gov.uk/statistics/assets/docs/cost-to-britain.pdf
- (4) https://i.crn.com/sites/default/files/ckfinderimages/userfiles/images/crn/custom/IBMSecurityServices2014.PDF
- 5 https://www.rospa.com/policy/home-safety/advice/general/cost-of-home-accidents
- (6) https://www.datacenterknowledge.com/outages/aws-outage-that-broke-the-internet-caused-by-mistyped-command
- (7) https://www.rospa.com/policy/home-safety