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Seamos realistas: la formación en seguridad tiene un pequeño problema de reputación. Es esa reunión en la que la gente cuenta los segundos que faltan para que termine. Pero como gerente de salud, seguridad y medio ambiente o responsable de seguridad, sabe que es fundamental para mantener la seguridad de las personas y evitar catástrofes en el lugar de trabajo.
¿Cuál es el problema? Es posible que, sin saberlo, esté cometiendo errores en la formación sobre seguridad que están acabando con el compromiso y la eficacia. He aquí una mirada irónica a estos errores y, lo que es más importante, cómo solucionarlos antes de que su próxima formación se convierta en un festival del sueño.
1. Presentaciones no interactivas
El problema:
Todos hemos estado allí: el presentador hace clic en un PowerPoint lleno de viñetas, hablando en un tono monótono que podría adormecer a un niño pequeño con cafeína. Si su formación parece una conferencia de ese profesor que todos evitaban en la escuela, tenemos un problema.
Ejemplo:
Usted dice: "¿Alguna pregunta?" Silencio. ¿Por qué? Porque su público ha estado planeando mentalmente sus próximas vacaciones desde la diapositiva 3.
La solución:
Hágalo divertido, interactivo y, por favor, olvídese de las interminables viñetas. Incluya cuestionarios, actividades de grupo o incluso juegos de rol (sí, son incómodos pero eficaces). Deje que su equipo cuente sus anécdotas, comparta sus experiencias cercanas o incluso suelte algún que otro chiste. Hágales participar y se comprometerán con el material.
2. Falta de resonancia a nivel personal
El problema:
Si su formación se parece a un aviso legal -fría, distante y basada en normas-, se está perdiendo el elemento humano. La gente no aprende de las normas, aprende de las historias que le tocan la fibra sensible.
Ejemplo:
Usted repite una lista de "lo que se debe y lo que no se debe hacer", pero su equipo está en secreto haciendo scroll en su red social.
La solución:
Contar historias no sólo atraen, sino que provocan empatía, lo que hace más probable que los empleados recuerden lecciones importantes y se preocupen de verdad por la seguridad. Cuente historias reales que importen. Como la vez en que un arnés adecuado salvó la vida de un trabajador, o la vez en que John se precipitó por el pasillo y se torció el tobillo..... Las historias perduran. ¿Las normas? No tanto.
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3. Apresurarse en la formación
El problema:
Ah, el clásico enfoque de "acabemos de una vez". La formación en seguridad se cuela entre reuniones y pausas para el café, y todo el mundo se va pensando: "¿Qué acabó de pasar?".
Ejemplo:
Habla de seguridad con las escaleras en dos minutos y, al día siguiente, alguien utiliza una silla para arreglar una bombilla 💡. Ya ves por dónde va esto.
La solución:
Disminuya el ritmo. La formación no es una carrera. Hay que dar tiempo a la gente para que asimile el material, haga preguntas y practique. Si es necesario, divida las sesiones en partes más pequeñas: el aprendizaje a pequeña escala es mejor que meterlo todo en un cerebro abrumado.
4. Ignorar los cuasi accidentes
El problema:
Un montacarga evita por muy poco una colisión y todos suspiran aliviados, pero siguen adelante. Son oportunidades de oro para aprender, pero a menudo se pasan por alto.
Ejemplo:
"¡Uf, ha estado cerca!" no es lo mismo que "Vamos a averiguar qué ha salido mal y cómo evitarlo".
La solución:
Celebre los cuasi accidentes como momentos de aprendizaje. Coméntelos en la formación. La gente recuerda mucho más los ejemplos de la vida real que los teóricos. Transforme el "¡uf!" en "Esto es lo que podemos hacer mejor".
5. Centrarse únicamente en los datos y los KPI
El problema:
Sí, las cifras son importantes. Pero no lo son todo. Si su formación suena como un informe trimestral corporativo, habrá perdido a los oyentes.
Ejemplo:
Dice: "Nuestra tasa de incidentes ha disminuido un 15%", y su equipo asiente cortésmente pero piensa: "Bonita historia, hermano".
La solución:
Equilibre los datos con el "por qué". Hable de cómo un menor número de incidentes se traduce en menos lesiones, familias más felices y jornadas laborales más tranquilas. A la gente le importa más evitar el dolor real que hacer que un gráfico quede bien.
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6. Pasar por alto las herramientas digitales y el Microlearning
El problema:
Vivimos en un mundo en el que la gente aprende a cambiar una rueda, a hornear masa madre y a dominar los bailes de TikTok desde sus teléfonos. Entonces, ¿por qué su formación está estancada en 1999?
Ejemplo:
Su conferencia de dos horas compite con Instagram, ¿y adivine quién gana? No es usted.
La solución:
Digitalícese. Utilice lecciones microlearning específicas que su equipo puede abordar en sus teléfonos durante la pausa para el café. Puntos extra si lo convierte en un juego. Porque, ¿quién no quiere ganar distintivos virtuales?
7. No formar a todos los que lo necesitan
El problema:
Usted piensa: "Nuestros empleados conocen las instrucciones", pero ¿qué ocurre con los contratistas, los becarios o ese nuevo trabajador temporal? Se adentran en un mundo de peligros desconocidos, sin formación.
Ejemplo:
Un contratista tropieza con un equipo del que no se le había informado y usted tiene que presentar un informe de incidente.
La solución:
Formar a todo el mundo. Sí, a todos. Adapte la formación a sus funciones, pero no dé por sentado que nadie conoce las peculiaridades de su sitio hasta que usted se las haya presentado
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8. Hacerlo todo uno mismo en lugar de recurrir a especialistas
El problema:
Usted es bueno, pero no es un experto en todo. Intentar hacer usted mismo toda su formación en seguridad puede estar costándole calidad y resultados.
Ejemplo:
Su formación está bien, pero "bien" no es suficiente cuando hay vidas en juego.
La solución:
Recurra a los profesionales. Los formadores especializados aportan ideas nuevas, métodos probados y conocimientos que ni siquiera los mejores gestores de salud, seguridad y medio ambiente pueden igualar. Piense en ello como una inversión para el éxito.
9. Falta de seguimiento
El problema:
Tacha "formación" de su lista de tareas pendientes y sigue adelante. Pero según la curva del olvido, el 79% de la información nueva se olvida en un mes si no se refuerza. Eso significa que su equipo sólo retiene el 21%, ¿el resto? Ha desaparecido.
Ejemplo:
En los cursos de formación se enseñan las técnicas adecuadas para levantar objetos, pero sin seguimiento, el equipo vuelve a levantar cajas torpemente, como si se tratara de una audición para una comedia de bufonadas. Las lesiones son inevitables.
La solución:
Seguimiento. Programe repasos, envíe avisos digitales y convierta la seguridad en una conversación continua. Los hábitos se forman con la repetición, no con hechos puntuales.
Implicar, relacionar y reforzar
La formación en seguridad no tiene por qué ser aburrida o ineficaz. Si evita estos errores en la formación sobre seguridad, podrá crear sesiones que la gente realmente disfrute y recuerde. Haga que sea interactiva, personal y realice un seguimiento para asegurarse de que las lecciones quedan grabadas. Porque cuando se trata de seguridad, con un poco de esfuerzo se llega muy lejos.
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