Piénsalo: al igual que las herramientas de organización o gestión de proyectos pueden ser de ayuda en la gestión de un hogar, también pueden serlo los hábitos y la concienciación desarrollados a través de la formación profesional en seguridad.
No vas a levantar bien el peso en el trabajo para luego levantar una caja pesada en casa de cualquier manera. Tampoco dejarías en el salón de tu casa objetos que puedan hacerte tropezar cuando tienes la costumbre de localizarlos y eliminarlos durante tu jornada laboral.
Pero más allá de estos casos obvios, también merece la pena pensar en cómo aplicar positivamente la mentalidad de seguridad al lugar donde, al fin y al cabo, pasamos la mayor parte del tiempo: en casa.
¿Cómo podemos mejorar nuestra seguridad en casa y hacer que nuestra vida y la de nuestros seres queridos sea más segura y satisfactoria? Siga leyendo para descubrirlo.
El hogar moderno requiere una conciencia moderna
El hogar es, por supuesto, un lugar para relajarse, pero hoy en día incluso un apartamento pequeño puede estar tan repleto de elementos y comodidades que, a pesar de la tranquilidad del ambiente, existe un elevado potencial de riesgo.
Sólo por citar un dato revelador, un estudio sueco ampliamente citado(1) concluyó que los entornos domésticos y de ocio eran casi nueve veces más mortíferos que el transporte en lo que se refiere a muertes por lesiones no intencionadas, lo que contradice por completo la percepción común.
A medida que ha aumentado la complejidad de la vida moderna, también lo ha hecho la de nuestros lugares de trabajo y nuestros hogares: para la mayoría de nosotros, nuestros espacios vitales incorporan ahora una combinación de electrodomésticos y comodidades diseñados para ser seguros y fáciles de usar. En nuestras cocinas, en particular, se utilizan fuerzas poderosas, como la electricidad, el agua y el calor, que normalmente no consideramos peligrosas.
Sin embargo, con seres humanos falibles implicados, el riesgo de incidentes inesperados puede aumentar rápidamente, sobre todo cuando estamos cansados, distraídos o con el juicio mermado por la ingesta de alcohol o (¡puede ocurrir incluso en las mejores familias!) altos niveles de emoción.
Lo más importante es que, en cuanto tenga ocasión, observe su entorno doméstico como lo haría un profesional de la seguridad: ¿qué accidentes podrían estar "a punto de ocurrir" si los ocupantes no siempre se comportan de la forma más racional?
Lo inesperado puede estar a la vuelta de cualquier esquina
Veamos algunos escenarios cotidianos para mostrar lo que queremos decir:
- Mientras se toma una copa de vino con la cena, es fácil olvidar que la estufa sigue muy caliente. Añádase a esto la posibilidad de que un miembro más joven de la familia, encargado de ordenar la mesa por un padre ocupado, haya colocado una pila de periódicos peligrosamente cerca de la fuente de calor olvidada. En un abrir y cerrar de ojos, la vaga sensación de que algo se está quemando puede convertirse rápidamente en pánico cuando el papel chamuscado se convierta en un desagradable incendio.
Lamentablemente, más de cuatro de cada cinco muertes europeas por incendio se producen en el hogar: para saber más sobre la mejor manera de protegerse a sí mismo y a los suyos de esta lacra, lea nuestro reciente artículo sobre seguridad contra incendios.
- Cuando hace frío, no hace mucho que te has levantado de la cama y te apresuras a ir al trabajo o al colegio, es fácil olvidar que el suelo de la puerta de casa puede ser traicionero tras una brusca bajada de temperatura mientras dormías calentito en tu dormitorio con calefacción.
- También los animales domésticos (raramente presentes en un lugar de trabajo normal) pueden plantear otra serie de problemas imprevistos. Hay cables alargadores que podrían electrocutar a un cachorro al que le están saliendo los dientes sin saber el peligro que acecha en una bobina de goma aparentemente inerte que tu amigo de cuatro patas ve como un "juguete para morder" más?
La vida es lo que ocurre cuando estás ocupado haciendo otros planes", como cantaba John Lennon: así es como estamos hechos y cómo van las cosas en este mundo. El truco, como veremos en la próxima sección, consiste en adelantarse a lo inesperado mediante una correcta comprensión de la salud y la seguridad que funcione para usted las veinticuatro horas del día, esté donde esté.
Los cuatro "estados" entre bastidores de la mayoría de los accidentes domésticos
Entonces, ¿cómo podría ayudar exactamente su formación en salud y seguridad en el trabajo en situaciones tan diversas y completamente imprevistas en el hogar? La razón es el omnipresente factor humano.
Si observamos detenidamente por qué se producen los errores o los accidentes, casi siempre descubriremos que la persona implicada estaba experimentando uno o más de estos cuatro estados mentales o corporales:
- Prisas: Cuando tenemos prisa, no sólo corremos el riesgo de salir perjudicados, sino que también podemos dañar nuestras relaciones. Por ejemplo, cuando llegamos tarde y estresados, los demás pueden pensar que no nos importa o que no sabemos gestionar bien nuestro tiempo.
- Frustrado: Piensa en enfadarte mientras esperas mucho más de lo habitual en la cola para tomarte el café de la mañana. Es posible que te enfades con un camarero inocente que te ha atendido muy bien: no es una buena manera de empezar el día... ¡ni de empezar el suyo! Cuando estamos enfadados por algo, somos más propensos a los accidentes.
- Cansados: Todos sabemos que es cierto: los errores se acumulan cuando estamos cansados. Eso es especialmente relevante para la vida en el hogar, ya que la mayoría de las tardes de la semana ya hemos pasado el día trabajando duro.
- Complaciente: Esto último es complicado. Cuando hacemos algo muchas veces, nuestro cerebro termina por ponerse en piloto automático. Cuanto más hábiles nos volvemos en algo, más probable es que nuestra mente divague. Pero es precisamente entonces cuando debemos prestar más atención.
Los hogares y los lugares de trabajo pueden parecer muy diferentes, pero a la hora de calcular el riesgo tienen un denominador común: ¡el ser humano!
Mentalidad de seguridad al rescate
Lo bueno de que el perfil de riesgo sea tan similar en el trabajo y en casa es que el remedio también puede ser esencialmente similar. Por eso decíamos antes que tu formación en salud y seguridad puede ser tan poderosa si la aplicas también a la vida fuera de tu horario laboral. ¿Por qué no pruebas estas técnicas?
- Date cuenta de cuándo estás en un estado peligroso (como cansado o con prisas) y detente antes de cometer un grave error. A esto lo llamamos "Valora tu estado", y nuestra plataforma YOUFactors cuenta con una práctica herramienta digital para este fin.
- Aprenda de los pequeños errores y de los cuasi accidentes, ya sean suyos o de sus seres queridos: son los datos que necesita para evitar accidentes de mayores consecuencias.
- Observa cómo hacen las cosas los demás en casa: puede que tú hagas lo mismo si eres sincero, pero a menudo es más fácil detectar comportamientos de riesgo cuando los demuestra otra persona. Uno de ellos es dejar la cocina de gas encendida mientras haces un recado rápido en otra habitación; un testigo lúcido se daría cuenta enseguida de que, en realidad, estás dejando una llama desnuda desatendida, lo cual nunca es una buena idea.
- Incorpore mejores hábitos de seguridad a su rutina diaria. Tarde o temprano en la vida nos damos cuenta de que la rutina es un superpoder si aprendemos a aprovecharla.
La seguridad no es algo que se acaba cuando termina la jornada laboral. Es una mentalidad y un hábito que puede beneficiar a todos los ámbitos de la vida, incluso en casa, con la familia y los amigos.